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martes, junio 06, 2023

CURSOS, CLASES, TALLERES QI GONG ( CHI KUNG) INTEGRADO

PROGRAMA : 1. NIVEL BÁSICO : - Nociones básicas : Shen, chi, jing. tan tien. - Ejericios calentamiento. - Ejercicios articulaciones. - Ejercicios cadera. - Ocho goyas. - Meditación básica. - Ejercicios enfriamiento. 2 NIVEL INTERMEDIO: - Los principios básicos. - Forma de 37 movimientos de taijiquan ( Tai chi )( Estilo Yang, variación Cheng Man Ching). - Ejercicios de los animales. - Meditación del árbol. 3. NIVEL AVANZADO. - Taoismo y Confucionismo. - Forma 18 manos de Lohan. - Nueve ejercicios de Yiquan ( I Chuan) - Meditación del guerrero. 4. NIIVEL MARCIAL COMPLEMENTARIO. - Los principios de las artes marciales chinas. - Forma Pequeño Buda ( Wing Chun) - Posición Santi. - Empuje de manos. - Comabate. - Patadas, puños, entrampes y agarres.

viernes, abril 14, 2023

MI TRAYECTORIA POR LAS ARTES MARCIALES CHINAS INTERNAS



 Escribe Luis Roca Jusmet

  Nací en Barcelona el 10 de abril de 1954. Fuí
un niño y adolescente poco deportivo. Es más, me detectaron problemas de psicomotricidad. No me gustaban las clases de educación física, ni la gimnasia sueca ni el fútbol. 
 A los 25 años, el año 1979, empecé a practica yoga. No como ejercicio físico sino como ejercicio espiritual, ya que estaba muy fascinado por el hinduismo. Lo practiqué durante dos años. No me acababa de convencer. Empecé a practica, por poco tiempo, whusu. En aquellos momentos me interesaba más el taoísmo que el hinduismo. De la India imaginaria a la China imaginaria. Aunque un viaje a la India me acercó a la India real, apasionante pero en un sentido diferente del que esperaba. Poco después, al cabo de unos meses,practiqué durante un año kung fu. Lo que comprobé es que ni el whusu ni el kungfu eran expresión de las artes marciales tradicionales chinas, que era lo que buscaba. El whusu era una especie de transformación de estas artes en un estilo deportivo unificado de diferentes estilos. El objetivo que tenía la República Popular China era participar con esta nueva disciplina en las Olimpiadas, como el judo o el karate por Japón o el taekwondo por Corea.
El kungfu era un arte marcial ficticio que se aprovechaba de la popularidad de la serie pero que en realidad era la transcripción de unos ideogramas que quería decir trabajo bien hecho.
 El año 1987 fue mi autentico descubrimiento de las artes marciales tradicionales, tanto las internas como las externas. Lo anterior lo tomo unicamente como la preparación física de un cuerpo poco disciplinado. Empecé a practicar wing chung, un arte marcial chino tradicional, con José Mº Prat, uno de los iniciadores de la práctica y difusión de las artes marciales chinas en Barcelona. Practiqué durante dos años, hasta llegar a un nivel básico. Desgraciadamente José Mº Prat, de una manera brusca y súbita decidió dejar de dar clases. Alli conocí a Juan Antonio López, que ha sido mi partenaire en la práctica de los tui shous ( empuje de manos) durante muchos años. Paralelamente empecé a practicar tai chi con Sebastián Gonzalez, que era a la vez instructor de Choy Li Fut, otro arte chino tradicional.  Al dejar de practicar wing chung por causas involuntarias empecé a practicar Choy Li Fut, hasta llegar a faja verde. Ello mientras iba practicando taijiquan. El quan se añadía para mantener su sentido tradicional de arte marcial interno. Quiere decir boxeo. La diferencia entre artes marciales internos y externos es ambigua. Algunos dicen que internos eran los que provenían del taoismo y externos del budismo. Otros que los internos utilizan la fuerza del adversario y los externos trabajan la fuerza de uno contra la de otro. Cuando decimos fuerza queremos decir fuerza transformada por la técnica, no la fuerza bruta. En todo caso utilizar la fuerza del otro implicaba un trabajo muy profundo que solo pocos podían aplicar. Del tai chi chuan iba aprendiendo formas ( primero la de 24 continental, después la de 36 estilo sun, después la de 40 estilo yang, luego la de 112 estilo Yang) que se correspondía con el propio aprendizaje de mi maestro. Combinábamos el estudio y práctica de las formas con ejercicios básicos de chikung ( qigong), las ocho joyas y ejercicios de tui shous ( empuje de manos). El año 1990 aprobé el examen de monitor y empecé a dar clases. Tenía poco nivel pero éramos pocos los que practicábamos tai chi chuan. Dí clases en centros de salud, algún gimnasio y, el más importante, el Servei d´Esports de la Universitat de Barcelona. También pude ofrecerlo como una asignatura optativa a los alumnos de segundo de B.U.P. Fue una experiencia inteesante porque también venían algunos profesores. Era en el Instituto Pau Vila de Sabadell, donde tenía la plaza de profesor de filosofía. 
 Al cabo de dos años había dejado el choy li fut para compartir el tai chi chuan con el aikido, arte marcial interno japonés. Tuve como maestro a Salvador Chaves, otro buen profesor. Practiqué dos años. 
 Estudié en el CENAC el primer año de Medicina Tradicional China, que me dió una buena base teórica, Empecé a dar clases en centros de salud y deportivos.
 Fundé con mi Maestro, Sebastián Gonzalez, la "Associació d´Arts marcials i teràpies xineses Tan Tien". Aprobé el nivel de instructor. Colaboré en cursos de formación de monitores. Paralelamente hice el curso de Instructor de Chi kung. Partricipé en los cursos y clases que dió en Barcelona el Gran Maestro Doc Fai Wong.
 Más tarde disolvimos la asociación para crear otra "Associació catalana de Choy li fut, Tai chi chuan y Chi Kung". Desde esta asociación aprobé el nivel de faja negra-instructor, con un cambio de programa y un nivel más exigente que el anterior. Fue en diciembre de 1998. Dirigí la revista que sacamos como asociación, "Yin-yang".
 Posteriormente me inicié con el mismo maestro, Sebastián Gonzalez, en el yiquan, que es el estilo terapéutico y marcial con el que más me identifico. Participé en los cursos que dio el Gran Maestro C.S. Tang en Barcelona sobre el estilo. 
Seguí aprendiendo con el maestro Sebastián y practicando con Juan Antonio López, instructor de taijiquan y de wing chung. Aprobé el primero de los tres niveles del estilo.
 En estos momentos me interesa la escuela Long River, en la línea de la enseñanza de Cheng Man Ching.

domingo, septiembre 04, 2022

LA CHINA Y NOSOTROS


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Escrito por Luis Roca Jusmet

 Titulo el artículo  La China y nosotros pero en realidad hablo de lo que significa China en mi propio imaginario. Imaginario que es el resultado de mi proceso biográfico. Pero del que podemos encontrar elementos que, sin duda, son generacionales. Lo común aquí es algo que tiene que ver con personas de entornos urbanos, de raíz cultural católica y miembros obligados de una sociedad capitalista relativamente consolidada. Personas que nacimos sobre los años 50 y a los que China llegó a nuestro imaginario por dos vías antagónicas. Por una parte por la influencia del movimiento contracultural de los “hippies” La fascinación por el Oriente mítico incluía el Dao de Jing, el Yi King, el taoismo, el tai chi y la acupuntura. Y David Carradine con su kungfu nos ofrecía la imagen de un iniciado en los secretos de la sabiduría y de las artes marciales. Por otra parte teníamos, a través de Mayo del 68, la fascinación por el maoísmo y la revolución cultural como un mensaje renovado del hombre nuevo que alumbraría el comunismo.
 Más tarde descubrimos los ilusorio de ambas expectativas. Ni había una vía iniciática para la espiritualidad verdadera, ni tampoco un camino abierto para una sociedad de hombres libres e igualitarios. Nos desencantamos y esto estuvo bien porque las ilusiones nunca son buenas y siempre nos engañan.
 Llega entonces el momento de valorar de una manera equilibrada, es decir desde la razón común que nos orienta en la búsqueda de la búsqueda de la felicidad personal y colectiva, lo que nos puede quedar como resto positivo de todas estas influencias. Porque lo contrario del encantamiento, que es el resentimiento de quién se ha sentido engañado, tampoco es bueno. No se trata de pasar del amor al odio, sino de buscar que es lo nos queda de aprovechable de todo este imaginario confuso. Y yo, por supuesto, hago una valoración personal que interesa, repito, en lo que puede tener de común.
 Empecemos por el maoísmo. Creo que fue el peor espejismo de los jóvenes decepcionados por el comunismo oficial que buscaban una izquierda real. Fue tan grave que transformó una pesadilla en un ideal y creo que hoy tenemos suficiente documentación cómo para afirmarlo y considerar que la época de la Revolución cultural fue la más nefasta de la China comunista. Porque los testimonio vivo de los que la padecieron, perfectamente contrastados, fueron escalofriantes. Igualmente considero el maoísmo europeo como una deriva dogmática y sectaria del peor izquierdismo. Los partidos maoístas que surgieron en Francia a raíz de mayo del 68 dilapidaron en gran parte toda la energía que puso en marcha el movimiento. Y ni Sartre, ni Althusser ni Foucault tuvieron la capacidad crítica para no dejarse seducir por esta ilusión. En España el PC(i), la ORT, el MCE, diferentes versiones de la izquierda autoritaria, fueron sus frutos. Por lo tanto lo único aprovechable de esta influencia es la necesidad de potenciar una izquierda democrática y crítica que huya como de la peste tanto de los dogmatismos sectarios como del atractivos del exotismo ( que también tuvo su parte, y que surge siempre de un rechazo inmaduro de lo propio).
Tenemos el otro paquete y aquí la cuestión es diferente porque pienso que hay aquí mucho de aprovechable y lo que hemos de hacer es filtrarla, depurarla de la ilusión pseudoespiritualista que acompañó la “contracultura hippie” y derivó en la New Age, tan sincrética como superficial. Lo que hay que hacer entonces es tratar de entender lo que nos pueden ofrecer de interesante estos aspectos de la cultura tradicional china. Pero para ello hay que entender que ni somos chinos ni nunca lo seremos y que nos podemos aproximar a esta riqueza cultural sin dejar de ser lo que somos ( y la racionalidad que tenemos) aunque abriéndonos a una manera radicalmente diferente de ver, entender y actuar en lo real. Esta doble actitud de respeto y de criterio tiene un exponente muy interesante en Joseph Needhman, un biólogo británico muy reconocido que además era católico y marxista. Su encuentro con la cultura china le conmocionó profundamente y se dedicó a escribir estudios muy rigurosos sobre la aportación de China a la historia de la ciencia, de los que existen muchas traducciones al castellano que recomiendo vivamente. Su punto de vista coincide con el de Jean François Belletier, sinólogo contemporáneo que tiene, que yo sepa, sólo traducido un pequeño libro que se llama Cuatro lecciones sobre Zhuan Zhi .Esta perspectiva es la de buscar una historia universal de la filosofía y de la ciencia y ver las aportaciones de la cultura tradicional china a este fondo común. Aquí hay una concepción amplia que nos permite acoger estas aportaciones en una historia universal de la filosofía y de la ciencia. La concepción de la ciencia es la de los razonamientos empíricamente contratados y la de la filosofía, y repito a Belletier porque me gusta su definición es la de “un hombre que piensa por sí mismo, consulta ante todo su propia experiencia, reflexiona también sobre lo que dicen los demás y hace un uso meditado del lenguaje”. La postura contraria la tiene otro sinólogo francés contemporáneo al anterior que se llama François Jullien, que entiende la sabiduría china a partir de la diferencia con nuestra manera de pensar. Julliencivilización se construye sobre bases totalmente diferentes de la nuestra, que no la podemos entender desde un fondo común y universal, y que lo único que podemos y debemos hacer es, sin dejar de ser quién somos, intentar entender lo que nos pueden aportar desde su concepción radicalmente diferente. Su planteamiento me parece muy interesante y muy dialéctico : partimos del Uno que somos, vamos hacia el Otro y volvemos después de la confrontación con el Otro. Para Jullien la filosofía y la política son inventos griegos que no comparte China y que los rechaza en el momento que le resulta posible ( en el primer caso) o ni siquiera contempla en el segundo. Si por filosofía entendemos el pensar sobre la Verdad, sobre el Bien y sobre el Ser, entonces China rechaza esta práctica. En algún momento es posible pero no la quiere. La vía es la del sabio que no tiene ideas ( como se titula uno de sus libros). El sabio no se pronuncia, no se posiciona porque si lo hace se identifica con un punto de vista parcial, particular y pierde la visión global que le caracteriza. No es un modelo ni marca unas normas porque él mismo forma parte de la regulación natural de las cosas, de su transformación, él forma parte del proceso armónico y por lo tanto su presencia, su acción ya es transformadora. Jullien no sólo considera que esta es la actitud propia de los sabios taoístas sino también de los confucionistas, en concreto de Mencio, el seguidor más importante de Confucio, que es el que estudia a fondo. De la misma manera la política no existe en China porque no hay democracia, hay una jerarquía que es preciso mantener a través de una estrategia eficaz. Y aquí la palabra eficacia también quiere decir desarrollar el potencial de las cosas no adecuarse a unos objetivos planificados.